¿Cuál es la salida a la crisis económica? ¿Depositar nuestras esperanzas, nuevamente, en el omnipresente Mercado? ¿Erogar enormes sumas de los dineros públicos para el salvataje de una economía caracterizada por altísimos niveles de concentración? No, decididamente no, la única salida es que el Estado recupere su rol como sujeto activo de la economía nacional implementando un integral y completo Plan Nacional de Desarrollo Productivo.
Desde la devaluación asimétrica aplicada en 2002 hemos visto la implementación de un modelo que hace depender nuestra economía del comercio exterior, llegando a que las exportaciones en 2008 representen casi un 40 % del Producto Bruto y prácticamente el doble de los gastos previstos en la Ley de Presupuesto para 2009.
